Editorial Excursiones

“Leyendo a nuestros vecinos latinoamericanos”, por Inés Acevedo / No Retornable / Otoño 2013

Con oficio de novelista, Zambra construye ahora un bildungsroman de ensayos. A la manera de una novela clásica, los lectores que disfrutaron de Bonsái, La vida privada de los árboles y Formas de volver a casa pueden espiar la evolución de su autor favorito: de crítico literario a novelista.

El libro se divide en tres partes, como si cada una de ella fuera, Infancia, Adolescencia y Juventud: primero, las experiencias juveniles de lectura en la escuela secundaria y universitaria del Chile de los años ochenta; después, una serie de ensayos sobre poetas chilenos centrales como Roberto Bolaño, Gonzalo Millán y Nicanor Parra; y para terminar, dos textos donde Zambra explora el tema de la novela como género y cuenta cómo escribió Bonsái, su primera novela.
En cada etapa hay un problema de identidad en relación con las Letras. ¿Por qué tengo que leer Madame Bovary? ¿Por qué debo trabajar con esta parafernalia de información vacía que se hace llamar literatura? Si soy un novelista internacional, ¿no debería darle al mundo mi opinión acerca de la literatura chilena y latinoamericana, representar a mi generación?

Pero más allá de todas estas preguntas, el estilo fluido y contagioso que domina el libro nos sumerge en una avalancha de intensas experiencias. Algo de lo que Zambra leyó, algo de todo lo que le pasó, hizo que Madame Bovary quedara para siempre a mano en su mesa de luz. Y la idea que subyace en los ensayos es que en cada lector vive una pasión: leer veinte veces el mismo libro.

Estas crónicas y reseñas seducen, porque comparten experiencias de lectura con las que nos sentimos identificados. Como muchas de ellas se publicaron originalmente en columnas de diferentes suplementos culturales, el tono es intimista, cómplice. El comentario de un libro se transforma en confesión: de las manías de un lector: a la hora de comprar, prestar o vender sus libros; del amor por las fotocopias y las notas al margen, del placer por usar un repertorio de frases o escenas que lo deslumbraron; de los problemas de un escritor: sus rutinas de escritura; la página en blanco; la dificultad de poner título a un cuento, los rituales del café y el cigarrillo. A veces el gusto por un libro se trasmite de una forma encantadora: “llevo más de una hora intentando decir esto de otra manera, pero bueno, qué hacerle: este libro es una joya.”

Este libro parece destinado a los que se quedan despiertos toda la noche leyendo, los que ordenan obsesivamente su biblioteca, los que a toda costa quieren conocer a su autor favorito y con cualquier excusa periodística se acercan para entrevistarlo…Sí, este libro es para los “nerds” de la literatura.

Ellos podrán disfrutar de varios descubrimientos: determinado vocabulario y giros borgeanos: “este comentario es, quizás, una broma”, (de hecho el título del libro, No leer, recuerda a la famosa recomendación de Borges cuando le preguntaban qué había que leer, y respondía: lean lo que se les de la gana. O sea, no lean nada que no tengan ganas de leer…); también hay un tipo de aserciones encadenadas que recuerda mucho a Crítica y Ficción, de Piglia. Y podrán sorprenderse al encontrar en algunos ensayos citas completas de Formas de volver a casa, por ejemplo. (O devanarse la cabeza ¿no será al revés, que los fragmentos de ensayo están en la novela?).

Esta trama sin embargo, borra trazos importantes que no dejan leer los ensayos de manera completa y generan cierta inquietud: si bien al final de cada ensayo se indica la fecha de su aparición, no hay un registro del diario o revista donde fue publicado. Esto es importante, ya que existen varias posibilidades: Chile, Uruguay, Argentina, España y Estados Unidos, que son los países donde Zambra los publicó. Es de suponer que aquellos ensayos donde se habla de autores chilenos y latinoamericanos sean los que originalmente se publicaron en España y Estados Unidos. Y por eso, es interesante prestar atención, ver en detalle cómo se presenta frente al mundo un punto de vista generacional, cómo se habla de la literatura latinoamericana desde Chile. En concreto, descubrir que las ideas sobre literatura latinoamericana de un chileno son diferentes que para un argentino. Parece obvio, pero sorprende. Por ejemplo, una mención alboom, suena para nosotros un tanto atemporal… Hay mucho más para ver, y por eso es recomendable arrancar la lectura con esta consigna.

Ojalá ese pequeño grupo de ensayos se amplíe en el futuro, porque abren un camino que no es tan fácil explorar: las visiones que tienen nuestros vecinos latinoamericanos de “la literatura latinoamericana”.

Ver nota original ACÁ.

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Esta entrada fue publicada el 29/04/2013 por en Prensa.
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