Yo, ficción
Construir un espacio donde las palabras circulen y hagan vibrar la lengua. La escritura es un acto de soledad, pero la creación es colectiva. Es con lxs otrxs; sean personas, animales, plantas, estrellas, vivos o muertos. Se trata de abrir ventanas, que el mundo pase y te atraviese. Dejar de ser uno.
La cita pertenece a Te hablaría del viento (Editorial Excursiones, 2021), un libro de pedacitos, de apostillas, de pequeñas escenas de vida y escritura (hay amores, búsquedas infructuosas de departamentos, maternidad, insomnios, días de euforia o de contemplación narrados con austeridad y encanto) que escribió Leila Sucari y que, gracias a ese formato que permite entrar y salir, voy leyendo de a poco. Me agarro de las partes por un todo que siempre es volátil, inasible. Como ese Yo que escribe, que surge en la interlocución, que vive porque hay otros, como señala la autora; ese que no puede más que aparecer apenas como una versión. Yo, fuga, fragmento, ficción.
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