La doctora en Letras e investigadora del Conicet Lucía de Leone compiló y prologó «Los oficios», el libro que reúne textos periodísticos publicados por Sara Gallardo entre la década del 60 y del 80, y que logra da cuenta de su trabajo con la palabra como una forma de juego y apuesta por lo inesperado.
En diálogo con Télam, De Leone relató el proceso de trabajo del libro, publicado recientemente y que tiene como eje el oficio de Gallardo como periodista.
– Télam: ¿Cómo surgió «Los oficios»?
– Lucía de Leone: Había publicado «Macaneos» con sus columnas en Confirmado y quedó mucho material de medios muy diversos como Atlántida, La Nación, Claudia. Hubo un trabajo muy importante de archivo, por eso le di esa forma: prólogo, una zona donde se presenta la misma Sara Gallardo con entrevistas y textos autobiográficos. Luego se decidió hacer una división por problemas que atravesaran la cultura del momento y la producción de Gallardo para ordenar toda esa gran obra periodística. Se incorporaron cuentos que aparecieron en la prensa y como este año se cumplen 30 años de su muerte, incluimos necrológicas y textos de homenaje.
– T: En el prólogo dice que el periodismo fue su «profesión coraza», ¿por qué?
– L.D.L: Porque su vocación estaba claramente en la literatura. El periodismo era un espacio donde podía jugar un poco más con lo que se esperaba de una chica de su clase. Además porque por momentos tampoco firmaba las notas. Por ejemplo, en Confirmado salía en columnas con firma y foto y hacía una página de moda de manera anónima como La donna è mobile. El periodismo fue su espacio profesional, donde pudo crear un estilo pero su interés y debilidad fue la literatura.
– T: ¿Cómo definiría su relación con la escritura?
– L.D.L: Cada libro suyo trae una puesta diferente, lo cual descoloca al lector. Por ejemplo, pasa de una novela como «Enero», escrita en tercera persona, desde el punto de vista de una afectada por una violación a una más experimental como «Eisejuaz», sin antecedentes en la tradición literaria. A la vez, pienso que lo mismo que le da cierta cuota de originalidad, de versatilidad pudo haber incidido en que en su momento fuera un poco dejada de lado.
– T: ¿Por qué le parece que hoy su obra está siendo revisitada y reeditada?
– L.D.L: Desde hace un tiempo su obra goza de un reconocimiento que le hace justicia. La publicación de su narrativa breve a cargo de Leopoldo Brizuela fue el puntapié inicial, porque dio a conocer obras que no figuraban en los catálogos. Hoy la apertura de los estudios de género y la militancia en la calle nos dieron herramientas para poder revisar los modos de leer. Eso produce que en «Enero» podamos leer, además de una novela rural, un caso de violación en la literatura argentina o «El país del humo» como un libro que reversiona la historia de América pero que también habla de amores disidentes.